martes, febrero 07, 2017

Amor: Yo te amo, pero no soy feliz...

De repente, te levantas una mañana como cualquier otra, miras a tu lado y allí yace él, lo contemplas por unos segundos, tu mente comienza a correr, atravesando cada desventura conyugal.
De un momento a otro pasas del dulce despertar junto a tu pareja al pesadoso instante donde descubres que no eres feliz, y te preguntas tantas cosas, que tu cerebro es muy probable que no de a basto respondiéndolas.
¿Por qué no soy feliz si estoy con el hombre que amo y por ende elegí para mi vida? ¿Será él tan infeliz conmigo como yo me siento ahora? ¿Se dará cuenta de que es lo que estoy sintiendo? ¿Qué es lo que ya no está funcionando?
Eventualmente, la mañana se transforma en mediodía, él se encuentra en su trabajo y tú en casa con los niños, aún tratando de descubrir que es lo que te hace sentir tan vacía. "Amo a estos niños, son mi vida, haría lo que fuera por ellos, por mi familia." Sí, harías lo que fuera por tu familia, pero, amiga, estás necesitando que alguien mire hacia donde estás y haga algo por tí.
Eres madre, amiga, esposa, hija, y mujer. ¿Mujer? Sí, mujer. Y así como todos necesitan su espacio, tú también.
¿Cuándo fue la última vez que pudiste darte un largo baño mientras papá se ocupa de los niños? ¿La última vez que compraste algo innecesario para ti, pero que gustabas tener? ¿La última vez que leíste un libro en el mas placentero de los silencios? ¿Que te tomaste un día para tu belleza?
Ahí, es donde yace tu infelicidad. Cuenta una leyenda que las madres también eran individuos antes de la maternidad, resulta que luego, sin darnos cuenta y no en todos los casos, nos transformamos en otra variedad de cosas cual objeto multifunción.
A veces, nuestra pareja no ayuda nada con los quehaceres o los hijos, a veces ayuda muy poco, y a veces no ayuda como estamos ocupando. Allí es cuando el planteo se sucede, comienzas a evaluar la situación, haces el balance, controlas los saldos y no lo entiendes. Amas a tu pareja, amas a tus hijos, pero aún así nada te llena.
Una mamá, jamás se siente infeliz con sus hijos, pero si tenemos una pareja que no esta dando la talla, por cual fuera el motivo, la relación comienza a trastabillar.
Y así comienza la historia...